Merluzeando

Durante un tiempo estuve currando en un programa de variedades (algo subido de tono) que presentaba Deborah Ombres. Por allí pasó un gran número de invitados… digamos… variopintos. Lo que me dio para muchos momentos raruznos y situaciones rocambolescas.

El recuerdo más cachondo de esa época fue cuando le puse el micro en el tetamen a Malena Gracia. Apenas fueron unos instantes de contacto, pero un hombre sabe cuándo ha tocado teta. Todavía recuerdo el suave tacto de sus…

Pero no es sobre este encuentro sobre el que quiero hablar hoy. Quiero ir un poco más allá de culos y tetas. Quiero tirar más por la rama intelectual. Quiero hablar de… Leonardo Dantés.

El gran compositor de canciones imborrables en el inconsciente colectivo como “Carmen, Carmen, voy a tener que emborracharme” o “Tiene nombres mil, el miembro viril” pasó por este programa de televisión.

Sabía que estaba en un momento histórico en mi vida y tenía que hacer algo. No sabía el qué pero debía aprovechar la ocasión que el destino me brindaba de estar cerca de este genio de la música.

Merluzo en modo “groupie”.

¿Y qué puede ser más grande que tu ídolo te escriba una canción? Así que, una vez terminada su entrevista, le asalté en el plató del programa y le dije que si me podía hacer una canción para mí y mis compañeros de piso.

A lo que él respondió muy animado:

–          ¡Claro! ¿Cómo os llamáis?

Le dije que éramos tres en el piso: Juanillo, Javitxu y Rodrigo (que soy yo).

De pronto, miró hacia arriba pero a la vez a ninguna parte. Pude notar cómo se ponía a funcionar una compleja maquinaria en su cerebro haciendo miles de combinaciones de sílabas y rimas. Dio una palmada, volvió en sí y dijo:

–          Vale, ya lo tengo, cuando quieras.

Salí corriendo al control de realización para darle al Rec y grabar lo que (ya sabía de antemano) iba a ser un documento memorable.

Podéis ver el resultado clickando —–>>> aquí.

Obviamente, cuando les enseñé este vídeo a mis compis de piso se partieron el nabo, y estuvimos toda la noche viéndolo sin parar, llegando a ser enfermizo.

En fin, guardo este documento gráfico como un pequeño tesoro. De hecho, me gustaría tener en mi casa (de ahora) un monitor reproduciendo a Leonardo cantando nuestra canción en bucle, a modo de “arte moderno”.

Hasta la próxima amiguillos!!

“Por cierto, como no puede ser de otra forma, dedico este historieta a mis excompis Javitxu y Juanillo. Un abrazo majos! Qué bien lo pasamos, eh?!”